Metodología apologista
- gerardo alarcon
- 4 may 2019
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El punto de mayor desacuerdo entre los apologistas es en relación con la metodología. Es decir, hay desacuerdo sobre qué clase de argumentación es licito usar al defender la fe y en cómo debe dialogarse con un incrédulo. Estas diferencias han causado que existan cuatro principales sistemas o métodos de apologética.
1. El método clásico es el acercamiento intelectual que comienza con la teología natural (i.e. la que se basa en la revelación general) con el fin de establecer la existencia de Dios o teísmo. Una vez logrado ese punto, el método avanza presentando evidencias históricas para la deidad de Cristo, su resurrección y la confiabilidad de las Escrituras para mostrar con ellos que el teísmo cristiano es la correcta cosmovisión. La razón por la que recibe el nombre de método “clásico” es porque ha sido el método que algunos de los apologistas más prominentes de siglos pasados como Tomás de Aquino usaron. Entre los apologistas clásicos contemporáneos están William Lane Craig y R.C. Sproul.
2. El método evidencialista es similar al clásico, pero difiere en que creen que los milagros prueban en cierto sentido la existencia de Dios. Por esa razón su argumentación comienza dando razones históricas a favor del milagro de la resurrección de Cristo para luego argumentar que un evento tan inusual como ese se entiende únicamente si existe el Dios de la Biblia. Una vez establecida la existencia de Dios por medio de la resurrección milagrosa de Cristo, el evidencialista argumentará que la resurrección también valida las declaraciones de que Jesús es divino y de que las Escrituras son la palabra de Dios. Algunos de los proponentes de esta escuela son Clark Pinnock y Gary Habermas.
3. El método acumulativo surgió porque algunos filósofos cristianos no estaban satisfechos con los dos métodos anteriores. Por esa razón comenzaron a construir un método menos formal, es decir, con menor énfasis en el razonamiento deductivo e inductivo y en vez de eso, tomar diferentes clases de evidencias (históricas, la realidad de experiencias religiosas, el valor de la moralidad, etc.) con el fin de demostrar que, entre todas las cosmovisiones existentes, el cristianismo es la que tiene más sentido pues explica mejor todos los asuntos de la vida. C.S Lewis sería un apologista acumulativo.
4. El método presuposicionalista es el acercamiento apologético que comienza la defensa de la fe presuponiendo que el cristianismo es la verdad. Es decir, su punto de partida al momento de argumentar es la afirmación de que las Escrituras son la base para conocer la verdad. Por consiguiente, los presuposicionalistas argumentarán usando la Biblia para mostrar su verdad y autoridad y para revelar las inconsistencias de las demás cosmovisiones. Esto no quiere decir que no utilicen otros argumentos clásicos basados en la teología natural, sin embargo, no es su principal enfoque. Cornelio Van Til y John Frame son considerados apologistas presuposicionalistas.
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